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360 Transvulcania, crónica de una carrera enorme!

Transvulcania 2015

No es una carrera como las demás. Ni mucho menos…! A las 02:00 am. de la mañana suena el despertador, lo que ya indica que no es lo habitual en un día de carrera! En el autocar que nos lleva desde Los Llanos de Aridane hasta el faro de Fuencaliente ya se respira muy buen ambiente pero con las típicas bromas nerviosas que todos hemos hecho alguna vez para intentar deshacernos de los nervios que llevamos dentro. Llegados ya al faro, el ambiente, a pesar de ser casi las 5.00h de la mañana es muy bueno! El viento que hace molesta pero los corredores se apiñan para intentar no pasar frío. Se acerca la hora de salida.

“Diez, nueve, ocho …” las luces se apagan y sólo quedan nuestros frontales encendidos y de fondo “Thunderstruck” de los ACDC a todo volumen. “Cinco, cuatro, tres, dos, uno, arriiiiiiiiiiiba !!!” El conocido speaker Depa da el rinde de salida a la Transvulcania 2015. Allí delante, hay unos cuantos frontales de luz que han salido a toda ostia! Que rápido que van! Uno es el de Luis Alberto Hernando, el burgalés que ya ganó aquí el año pasado y que este año repetirá triunfo pulverizando el récord de hace dos años del Kilian.

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El tapón que se forma después de dar la vuelta al faro es considerable. Así que vale la pena no llevar prisa y seguir la estrella de los corredores que pasan por el camino marcado. Ya se ve que será duro, porque el trazado sube y sube, pero el suelo es de arena volcánica (y así será hasta el kilómetro 18!)!

Llegamos a Los Canarios después de casi una hora y media y está lleno de gente! Qué emoción! Mucha gente me había hablado de este momento, pero realmente es impresionante! Muchos aficionados se acercan a saludar a los corredores que pasan por el pueblo! Primer avituallamiento de la carrera, paramos para continuar con ganas y fuerza.

Ahora cruzamos una zona de bosque más agradable para correr y aunque no durará demasiado, disfrutamos de poder estirar un poco las piernas. Enfilamos hacia Las Deseadas, el segundo avituallamiento, donde paramos y bebemos. Llegar aquí es muy duro, porque el terreno es inestable (el “Granson” volcánico, que es como caminar por la playa pero subiendo una montaña!) Y la subida es dura. Hay que encontrar un momento para parar, mirar y ver la vista impresionante que hay: a un lado el Teide y un poco más a la derecha, La Gomera. Ambos sobresalen por encima del mar de nubes que hoy hay! Estamos a 1931m de altura y eso se hace notar!

Tenemos por delante un bonito y rápido descenso hasta el Refugio del Pilar, punto donde se inicia la carrera de la Maratón. Finalmente hemos podido estirar las piernas bajando a buen ritmo pero siempre reservando; la carrera es larga y aún quedan muchos kilómetros. Nos detenemos un momento para beber un buen vaso de cola, algo de isotónico, y continuamos. El Reventón nos espera. Ahora podemos disfrutar de una zona de pista que, aunque quizás un poco más aburrida, sirve para coger un ritmo de carrera tranquilo y disfrutar de la carrera e intercambiar algunas palabras con gente que nos vamos encontrando por el camino.

Finalmente llegamos al avituallamiento del Reventón! Qué ambiente! Está lleno de gente y voluntarios que enseguida nos piden que queremos para beber y para comer! Vuelvo a coger un poco de cola y me siento con mucha tranquilidad para comerme el pequeño bocadillo de jamón que me había preparado en casa. Mientras comía, un grupo de jóvenes “palmeros” me iban dando ánimos y consejos sobre cómo encarar lo que me esperaba por delante “niño, ahora bebe mucho y ponte crema que el sol aprieta” Dicho y hecho! Justo acabado de desayunar, con buenas sensaciones en el cuerpo, y con la confianza de haber comido y de haberme hidrato bien, dejo el avituallamiento, situado en el km 34, y salgo contento para encarar la subida hasta el Pico de la Nieve y el Pico de la Cruz. Sé que es un tramo largo y que este año, el avituallamiento del Pico de la Nieva ya no estará.

La subida es dura, la vegetación cambia, y pasamos del bosque al paisaje volcánico, sin sombras y con un sol que cada vez aprieta más. Después de una primera larga ascensión llegamos al Refugio de la Punta de los Roques. Es un pequeño refugio de montaña que no forma parte de la organización de la carrera, pero donde nos dan un poco de agua para rellenar los bidones y algo para refrescarnos la nuca! Más salir del refugio decido tomarme un gel para revitalizar un poco el cuerpo… qué gran error! Muy pocas veces tomo geles, ni siquiera en las carreras de larga distancia que he corrido para preparar Transvulcania, y hoy no sé qué santo me ha bajado del cielo para tomar esta decisión! Malditos sean los geles! Justo tragarlo noté que se me ponía muy mal en la barriga! No sé si porque estaba muy caliente debido al calor que hacía o porque no era el momento, pagué esta mala decisión el resto de la carrera! Con mucho malta de tripa decidí tirar adelante! Casi no podía correr y tenía la cabeza más en el estómago que no en la carrera!

Y justamente en este punto de la carrera, ya a casi 2000m de altura, comenzando un rompepiernas que me tenía que llevar hasta el Roque de los Muchachos, además de 2500m, pasando antes por el avituallamiento del Pico de la Cruz. Qué infierno! Aquí es donde salió todo el entrenamiento que habíamos hecho a lo largo del invierno: las piernas aguantaban muy bien, pero la barriga no me permitía correr. Además, gestionar todo esto a esta altura era difícil, menos mal que llevar una respiración acompasada me ayudaba a regular las pulsaciones del corazón. Qué pena no poder disfrutar del paisaje! Llegar al Pico de la Cruz fue un sufrimiento largo y duro! Poco antes de llegar al avituallamiento, ya muy justo de fuerzas y con muy poca agua, encontramos una chica, ayudada por unos cuantos amigos, que con una botella de agua y otra de isostar, iba repartiendo tragos a corredores para que “sobreviviéramos” un par de kilómetros más antes de llegar al deseado avituallamiento.

Llegados al Pico de la Cruz, bebí agua, cola y comer algo de fruta. Con todo emprendí la subida final al Roque de los Muchachos con más moral que fuerza. La cabeza es una herramienta muy poderosa y gracias a una fuerza mental muy grande ya un buen entrenamiento físico, llegamos al punto más alto de la isla de la Palma. El recorrido para llegar es muy espectacular, seguramente de las más bonitas de toda la carrera, con la Caldera de Taburiente a tu alrededor. Poco a poco, los observatorios astronómicos que hace mucho rato que vemos, se van haciendo cada vez más grandes! Ya estamos!

Aquí nos espera una cara conocida. Hace más de tres horas que espera pero el dolor de estómago todavía dura (y no me abandonará hasta el final de la carrera) y la marcha ha sido lenta, siempre andando. El Roque lo primero que hago es ver un vaso de cola y sentarse a descansar! Después de diez minutos intento comer algo de fruta, un poco de pasta, seguir bebiendo y descansar mucho! Finalmente me cambio los calcetines gruesos que llevo por unos muy finos para ahorrarme los golpes en las uñas de los pies durante la larga bajada hasta el puerto de Tazacorte. Con unas últimas palabras de ánimos, una foto, y un beso, decido emprender la bajada con calma.

Los primeros dos kilómetros son planos, con alguna subida suave pero sin dificultad. Cuando comienza el verdadero descenso veo que la barriga no me deja correr, tal vez hacer algún saltarín, pero poco más … Así llego al avituallamiento del Mirador del Time. Paro, me refresco con agua que los voluntarios nos echan a todos por encima de la nuca, me pico un par de vasos de cola y vuelvo a comer fruta, además de media barrita energética. Cuando emprendo de nuevo la marcha encuentro la compañía de un chico catalán con el que empezamos a charlar. La conversación me distrae de mi dolor de estómago y empezamos los dos a trotar un poco. En la famosa parte de la bajada empedrada en forma de zigzag que nos lleva directamente al puerto de Tazacorte dejo atrás mi acompañante y pasa por el último punto de avituallamiento. Relleno el bidón de agua fresca y emprendo con fuerza y ​​rabia la subida hacia los Llanos por Barranco de las Angustias. El suelo es como el cauce de un río, con piedra pequeña donde los pies quedan enterrados, pero con la ayuda de los bastones echo adelante con intensidad. Una vez ya dejamos atrás el barranco, nos encontramos de cara con las durísimas rampas empedradas que hay entre plantaciones de plataneras. Voy avanzando gente poco a poco, pero la subida es cada vez más dura y las fuerzas casi inexistentes!

Finalmente entramos en el núcleo urbano de Los Llanos de Aridane, y después de tres o cuatro calles cortos, llegamos a la interminable recta que nos llevará a meta. Aquí empieza uno de los sprints más largos de mi vida y que más ilusión me ha producido! La gente que aún queda a ambos lados del carril bici por donde corremos anima con muchas ganas, lo que agradezco saludando uno por uno, levantando los postes o chocando las manos con todos los niños que se ofrecen. Y ya casi meta, mi compañera me espera junto a un grupo de palmeros que le han estado haciendo compañía las últimas tres horas de espera! Cogidos de la mano, y sin haberlo pensado antes, entramos juntos a la meta! 15h 41min de carrera y finalmente el sueño de correr la Transvulcania se ha hecho realidad!

2015-05-28 17.45.09

Medalla i dorsal de la Transvulcania 2015

Gracias a todos los voluntarios ya la gente de la Palma, una isla que vive volcada en una carrera de sueño!

Emelie Forsberg, la sueca guanyadora d'aquesta edició, a l'aeroport

Emelie Forsberg, la sueca guanyadora d’aquesta edició, a l’aeroport

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